Rufo, en el VIII Congreso de Escritores de España

La salud literaria de nuestro país ha sido analizada por quiénes mejor la conocen: un total de 40 escritores que se han dado cita en León, en el VIII Congreso de Escritores de España. Nombres como José Saramago, José Luis Sampedro o Antonio Gómez Rufo han resumido en 11 sentencias un encuentro celebrado del 29 de septiembre al 4 de octubre y que ha llevado por título: ´Literatura y Pensamiento.

El VIII Congreso de Escritores de España, celebrado en León del 29 de septiembre al 4 de octubre de 2008, bajo el título de “Literatura y Pensamiento”, ha puesto de manifiesto que:


1.- La verdadera literatura nace del compromiso con uno mismo y con los demás.



2.- Los límites entre el ensayo y la novela cada vez se diluyen más en estos tiempos, por eso existe un repliegue del pensamiento, que por otra parte nunca ha sido boyante en España. De hecho, y durante siglos, el escaso pensamiento generado en España ha sido monopolio eclesiástico, por eso es difícil encontrar grandes pensadores en nuestra historia, salvo Ortega. Siempre se persiguió el pensamiento libre y de la innovación filosófica.



3.- Toda obra literaria es meditación, aunque no toda meditación se convierta en obra literaria.



4.- La vida es un cuento inacabable y los escritores estamos en la obligación de dar cuenta de lo fabulosa que es la vida.



5.- La imaginación es el arma más poderosa del ser humano y la mejor herramienta del escritor. Es posible que, sin imaginación, la realidad misma no pudiera acontecer.



6.- Cuando se escribe, se recrean los ancestros que cada autor lleva dentro, que en definitiva son los ancestros de todo ser humano. Por eso los lectores sienten frente a sus lecturas una especie de identificación.



7.- La novela negra es un género literario que se renueva permanentemente. Todo parece indicar que se aproxima un resurgimiento del género.



8.- La imposición del mercado en la creación de modas y usos literarios sólo es el reflejo de la actitud general del mercado en nuestra sociedad, pero, como toda moda, pasará y tendrá que volver los ojos a la verdadera creación literaria.



9.- La literatura no es masculina ni femenina: no sabe de género; sólo hay buena o mala literatura.



10.- Se avecina un vendaval tecnológico (internet, libro electrónico, literatura on-line…) que va a cambiar radicalmente el mundo del libro en todo el planeta. Los escritores debemos estar alerta a ese fenómeno que se está urdiendo a nuestras espaldas.



11.- La literatura es cultura; y un país que no respeta su cultura es un pueblo condenado a la barbarie y a la ignorancia



Fuente: Ibercampus.es


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Firma de La Noche del Tamarindo, en la FERIA DEL LIBRO DE MADRID

Hola a tod@s!
Me he enterado de que Rufo estará este sábado 31 de mayo en la Feria del Libro de Madrid firmando ejemplares.

Qué ganas!!

Nuri.


FERIA DEL LIBRO DE MADRID
Firma de ejemplares de “La noche del tamarindo”

Sábado, 31 de mayo:

De 12 a 14 h. CASETA 207 (Planeta)
De 18 a 20 h. CASETA 271 (Arte 9)
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El paraíso como Utopía, por Pedro Ruíz


En la actualidad el escaparate de la librería al uso está dominado por las excursiones evasivas a un pasado de rasgos estilizados, práctica de una exitosa fórmula en la llamada “novela histórica”, que no es histórica ni tiene mucho de novela. Bastante atrás queda el género de la “ciencia ficción”, reservado hoy casi para un cuidado ejercicio culto, o de culto. Poco espacio abierto queda para el narrador que quiere llegar a un público amplio en la aparentemente delgada línea del presente. Sin embargo, Antonio Gómez Rufo lo ha conseguido con La noche del tamarindo, y lo ha hecho con una sabia combinación de elementos de los dos modelos, explotando la no siempre clara voluntad en éstos de hablar de los problemas actuales a partir de una fábula imaginativa pero de ambientes reconocibles en su idealización.


El escritor madrileño los busca en el exotismo y lujo de sus ambientes y escenarios, pero en la senda de un calendario que coincide con el de su lector. De las narraciones hechas de la materia del pasado toma y aprovecha el gusto por el enredo argumental, una cierta dosis de misterio y la ramificación de sus anécdotas, sin duda, una de las claves para mantener a los lectores atrapados en las redes de la fabulación. Sustituyendo la ensoñación fantástica por una sólida documentación y unas acusadas dosis de realismo, nuestra novela comparte el papel concedido a los avances científicos en el desarrollo de su argumento, y, a mi juicio, es en esta dimensión, y en lo que en ella le acerca y le diferencia de la sci fi, donde se sitúa la esencia de su relato y, sobre todo, la particularidad de la reflexión que lo origina y lo mueve.

En el patrón imaginativo de la ciencia ficción la clave se encuentra en la construcción fabulosa o fabulada de un mundo que se impone al lector con un aire de futuro, de autopista abierta a un mundo sin fronteras, pero que en realidad encierra, tras su escenografía tecnológica, una desolada (por más latente que sea) consciencia de que es el final de los tiempos. Antes de que Fukuyama decretase el final de la historia, los Sex Pistols clamaron su desgarrado “No future”, pero ya hacía tiempo que, entre el ojo del Gran Hermano y el ordenador Hal, los más lúcidos escritores de imaginación futurista nos situaban ante un amenazante cul de sac. Como un signo de los tiempos, en el entorno de un nuevo milenarismo, el tercero, la novela del pasado y la del futuro parecían darse cita en el espacio de una de las más lúcidas y demoledoras narrativas de mediados del siglo XX, la novela negra que, desmontando el misterio, la aventura y la fantasía como elementos clave de toda narrativa, concluye con la crítica radical de todos los elementos de una sociedad ante la que sólo queda la desolada lucidez que conduce a hacer del propio desengaño la fuerza para convertir la resistencia en un motivo para continuar.

Divino o tecnológico, violento o lentamente implacable, el apocalipsis se convierte en telón de fondo de una narrativa de múltiples caras, ajena siempre al optimismo pero alejada de la claudicación, que convierte a la propia escritura en una suerte de reducto, de baluarte último para la defensa de lo específicamente humano. De casi todos estos rasgos, procedentes de la novelización histórica tendente al best sellers, de la ya consagrada novela negra o de la hoy un tanto elitista ciencia ficción, participa la última novela de Gómez Rufo, que bien podríamos caracterizar como una reescritura del Génesis en clave laica y postmoderna. Tras unos capítulos iniciales en los que el lector es arrastrado en un vórtice de sugerencias sobre claves genéricas de las que es poco a poco alejado, a su discurrir por las páginas se le impone el escenario de un presente de rasgos casi futuristas, situado en unos límites de la imaginación científica borrados por los avances de las técnicas biomédicas y el rabiosamente actual culto al cuerpo y a la vida. Tras los pasos errantes y peregrinos del personaje, surgido del naufragio, espectador de islas soñadas y habitante de una saison en enfer, la narración y la lectura desembocan en una vida que surge precisamente del largo viaje dantesco por los distintos niveles del trasmundo, incluido el infernal, que no es un lugar físico, como quiere el papa, ni son los otros, como postuló Sartre, sino que es el conocimiento de uno mismo como Kant planteó en su definición del conocimiento más radical de la filosofía; pero, en lugar del sapere aude que dio origen a la modernidad ilustrada, basada en el optimismo, la consigna que mueve al protagonista de Gómez Rufo parece ser vivere aude, un “atrévete a vivir” alimentado por las pesadillas de la modernidad pretendidamente conjuradas en el hedonismo postmoderno. De nuevo, como en el mito bíblico, nos encontramos con la dualidad del árbol de la ciencia y el de la vida, pero ahora no como antinomia, como la doble vía de una encrucijada ante la que optar, sino como un bosque de ramas intrincadas en la que el hombre puede extraviarse o encontrarse, o, dicho de otra forma, como un paraíso que puede perderse y recuperarse.

Como una empresa de recuperación se inicia la obra, en un brillante ex abrupto paradójicamente marcado por la oscuridad, un episodio nocturno que tiene algo de descenso al infierno aunque, nueva paradoja, se presenta como una ascensión, una subida que lleva a la luz de un descubrimiento, el de una luminosa obra de arte, cuyo destello se revela más tarde que en realidad sólo es producido por el dinero pactado en un contrato secreto y corrupto. Con esta manzana prohibida, engarzada en la pecaminosa cadena que origina todo el argumento, el protagonista inicia la construcción de un paraíso, que en uno de sus avatares asemeja al de las huríes prometido por Mahoma a los creyentes, un oasis en medio del desierto que es violentamente disuelto a partir de la mordedura de una serpiente, aunque no es ella la que sirve de máscara al espíritu tentador. Ángel o demonio vengador, la nueva protagonista, introduce en el acotado espacio del placer un soplo de vida, pero también de dolor y de muerte, como elementos inseparables del amor y conformadores de la única realidad en la que es posible ser plenamente humano, una realidad que puede maquillarse con la técnica derivada de la riqueza, pero ante la que sólo cabe, como acaba comprendiendo dolorosamente el protagonista, la aceptación o la lucha. O, y ésta es la puerta abierta por la novela, la aceptación de la lucha, cuyo heroísmo está menos en los grandes gestos que en el cotidiano diálogo con la realidad.

Después de sus reencarnaciones en una trinidad de identidades que no pierde rasgos míticos bajo su anécdota de falsificaciones, el protagonista, que muere y resucita en cada una de estas personalidades, ha dibujado una fábula con rasgos de alegoría. Su desarrollo está trenzado con las distintas ramas de una historia que se bifurca y se reencuentra en sinuosos meandros narrativos, episodios que van encajando como las teselas de un puzzle de variables posibilidades y que podían haber constituido otras tantas novelas. Sus matrices se encuentran integradas en un relato que es la experiencia de un Fausto fruto del capitalismo postindustrial, una novela negra donde los crímenes, la indagación policiaca y la venganza ceden protagonismo para dar paso a una soslayada pero densa historia de amor, de múltiples caras y dimensiones. Su profundo hilo narrativo se entreteje con una rocambolesca historia entre cuyas peripecias se abren grietas por las que asoman los sentimientos o las reflexiones, salpicando el discurrir de una acción cosmopolita, brillante y refinada, como el lenguaje (narrativo y estilístico) que apuesta por una apariencia de tersura y transparencia. Bajo ella, el cuidado y el oficio lo ponen al servicio de una fábula empeñada en ofrecer al lector las potencialidades de su interpretación, de una lectura con algo de lección, no tanto por un soslayado didactismo, sino por situarse en el centro de una cuestión humana, por más que sus rasgos de actualidad traten inútilmente de ocultar su profunda dimensión.

El relato maneja con destreza y discreción los elementos procedentes de un imaginario mítico, pero en una evidente clave literaria, como corresponde a nuestros tiempos de cirugía estética. Un buen ejemplo de esta manera de proceder es la singular figura de Miguel, un pistolero cultivado y edípico, que invierte el rumbo de su rol, pues acaba siendo víctima de su “padre”, algo que ya apuntaba cuando, tras aparecer con los rasgos escuderiles de Sancho, acaba descubriendo su profundiza dimensión quijotesca, alter ego de su señor, al que ofrece otra imagen de su destino. El trasfondo cervantino se acrecienta en una obra que se nos aparece como una enciclopedia compendiada del repertorio genérico, llevando al lector por los registros más variados, engastados, eso sí, a la manera de una sarta de historias o cuentos, no al modo clásico, que las englobaba en una sintaxis compleja de planos y niveles, denotadora de la fe en un orden que hoy difícilmente puede mantenerse. De ahí las dimensiones laica y postmoderna a las que antes hice referencia.

Como claro elemento de postmodernidad, la novela se presenta como un discurso híbrido y mestizo, sin un centro aparente, a la manera de un collage que multiplica la variedad de sus elementos con la dinámica de un vertiginoso ritmo narrativo, sobre todo hacia el final de la historia, cuando se llega al extremo, a las decisiones que rozan los límites de lo humano, un precipicio al que el autor asoma continuamente al lector, pero rehuyendo el juicio, al modo, aparentemente, en que el relativismo moral caracteriza los tiempos que corren. No hay, sin embargo, en esta posición no religiosa un declinar de la responsabilidad, sino todo lo contrario, pues la novela parte de una apuesta comprometida. Lo que hay es una decidida voluntad de enfrentar el problema desde la renuncia a toda trascendencia, dejando un estruendoso y humano vacío donde la religión (la surgida del Génesis, pero también todas las religiones) levanta los muros del dogma identificados con su dios. Los protagonistas actúan sin cuestionarse las consecuencias de sus actos más allá de su propia inmanencia, de los frutos que ellos mismos recogerán, con una autonomía moral muy adecuada para los tiempos que corren y que no supone, insisto, evasión ni renuncia. Todo lo contrario. Y la apuesta por la aventura de vivir que late en todas estas páginas no es la menor de las manifestaciones de la actitud del autor. Lo que ocurre es que Gómez Rufo ha sabido separar su actitud ética y el desarrollo de la novela, puesta como un espejo ante el lector, para que él mismo se enfrente a sus propias conclusiones.

Un procedimiento fundamental por el que la posición autorial se convierte en clave narrativa es el de una tendencia al despojamiento que puede resultar paradójica en una obra de apreciable profusión narrativa. Lo que ocurre es que es bien distinta la exhuberancia de la trama y de su despliegue y la esencia de la fábula que la sustenta. Los episodios de la acción que retienen el interés del lector acaban actuando no por superposición, sino por despojamiento, siguiendo una metáfora varias veces evocada en el relato y con una connotación rica en sugerencias, a partir de su reciente uso para rotular su comprometida autobiografía por un autor tan poco dado a la evasión como Güntert Grass. Las capas de la cebolla se presentan en ambos casos como un camino de ahondamiento, de despojamiento en busca de la desnudez última. Eliminando excrecencias y anécdotas o mirando a través de ellas, el lector puede tener acceso a ese núcleo profundo encerrado en toda vida como última definición de lo humano, y a ello apunta la citada metáfora como también la que sirve de título a la obra, pues algo similar representa el tropismo de esta planta que de noche repliega las hojas y las flores para dejar el perfil más nítido de sí misma, por debajo del paso de las horas y las estaciones, si no es que éstas sólo descubren su sentido en la existencia de un tronco coriáceo bajo la fugaz belleza de las flores. Así parece comprenderlo el protagonista con la experiencia de la desnudez de una vida llevada a los extremos.

Su trayectoria es la de un sujeto vital y a-moral, compulsivo buscador de placeres y enemigo feroz del tiempo y de sus huellas, al que plantea una batalla que le lleva al borde de una (auto)destrucción que tiene mucho que ver con la que está enfrentado hoy la humanidad, con su pareja carrera en pos del beneficio, funcionando como el telón de fondo de tintes apocalípticos en el que se recorta la historia. Finalmente, como le ocurre al don Juan de Zorrilla, este vividor, multimillonario y poseedor de tres vidas, se salva en un amor reconocido en la pérdida, y, a partir de ello enfrenta, ya fuera de la novela y de la mano del lector, el destino de una vida que es, a la vez, un lento declinar y un heroico enfrentamiento con el inesquivable paso del tiempo. Porque, en el tono formalmente distanciado de la novela, sí hay un gesto que tiene mucho de petición de principio y, sobre todo, de elemento de complicidad para el lector, al sustituir con discreta sutileza la vigente reivindicación del derecho a no morir por un gesto mucho más humano y comprometido, que es el reconocer, cuando la desesperación puede rondarnos, que en muchas situaciones el derecho comporta también la obligación de vivir. Y ésta es la apuesta que la novela plantea desde el lema de su portada: “A veces morir se convierte en un delito”. Como el de la lectura, el de la vida es un reto que, a partir de un texto único, cada uno debe asumir de manera singular. El único pecado es rehuirlo.

Pedro Ruiz Pérez
Catedrático de Literatura Española.
Facultad de Filosofía y Letras
Universidad de Córdoba. (España)
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Próximas citas con Gómez Rufo

Hola a todo@s! He estado ojeando la web de Rufo y veo que tiene varias citas literarias que quizás os interese conocer. Si tenéis oportunidad, os aconsejo ir a escucharle... Es todo un placer!



Un abrazo a todos
Nuria.

MADRID. 21 de abril. 20 horas. Agrupación Socialista de Moncloa-Aravaca. Conferencia-coloquio con motivo de la Semana del Libro.

* VALDEMORO (MADRID). 23 de Abril. 19 h. Conferencia-coloquio en el Día del Libro.
* CUENCA. 24 de Abril. Feria del Libro de CUENCA. Conferencia y firma de "La noche del tamarindo".

* CORDOBA. 25 de Abril. Feria del Libro de CÓRDOBA. Conferencia y firma de "La noche del tamarindo".

* GRANADA. 26 de Abril. Feria del Libro de GRANADA. (Coloquio de Gómez Rufo con el escritor Miguel Arnas y firma de "La noche del tamarindo").

* VALENCIA. 1-4 de Mayo. Feria del Libro de Valencia. Firma de "La noche del tamarindo".

* MADRID. 8 de mayo. IEM Beatriz Galindo. 12,30 h. Coloquio "Madrid y el Dos de Mayo".

* JAEN. 9 de mayo. Feria del Libro de Jaén. A las ocho de la tarde. Conferencia y firma de "La noche de tamarindo".

* MADRID. 30 de mayo-15 de junio. FERIA DEL LIBRO DE MADRID. Calendario de firmas de "La noche del tamarindo" a determinar.

* TELEMADRID. 26 de mayo, 1 h. Emisión de la entrevista al autor en el programa Negro sobre Blanco.

* CADIZ. 22 de octubre. Universidad de Cádiz. Jornadas "Arte y Crimen".

* BENAVENTE (ZAMORA). 24 de octubre. Biblioteca Municipal.





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El blog de Cecilia

Hola!!
Hoy quería reseñar un blog estupendo donde hacen una muy buena referencia a 'La noche del tamarindo'. Se llama "Cecilia en el balcón" y dice lo siguiente...

La inmortalidad, según Gómez Rufo
Dentro de treinta, de cuarenta años, Vinicio Salazar seguirá con vida y con salud, a pesar de que ya ha rebasado la sesentena. El dinero le ha servido a este magnate para comprar la inmortalidad y su laxa conciencia no le ha impedido consentir en que se utilicen en la revitalización de su anatomía sustancias u órganos adquiridos por métodos que rayan en lo delictivo.
Con su cuerpo rejuvenecido y un sinfín de placeres a su alcance, Salazar no es, sin embargo, un hombre feliz. Su hija ha muerto, derrotada por una enfermedad para la que él no pudo comprar remedio. Su segunda esposa también ha sucumbido al mal. A sus ausencias se suma al temor que siente el millonario frente a un futuro que se anuncia inclemente, doloroso para la humanidad. ¿Merecerá la pena de seguir adelante? ¿Para que vivir eternamente si los augurios son tan alarmantes?
Las preguntas de Vinicio Salazar se repiten en la mente del lector que se adentra en las páginas de La noche del Tamarindo, (Planeta, 2008). Antonio Gómez Rufo, autor de esta novela inquietante, va uniendo las piezas de un puzle múltiple, que hace temblar al protagonista. El agua se acabará en el planeta, la contaminación arrasará las ciudades y los campos, la vida de los seres humanos se convertirá en una tortura, en una lucha constante contra la adversidad, la basura, el hambre, la miseria. Los seres a los que ame Salazar se irán muriendo de vejez o de enfermedad y la soledad se cebará en sus carnes sanas. ¿Merecerá la pena sobrevivir?

El cambio climático, al que Gómez Rufo, escritor comprometido y concienciado, se refiere en su libro, no es una quimera ni un peligro remoto. Gómez Rufo se basa en documentos y testimonios fidedignos para avisarnos, mediante una historia de ficción, de lo que nos aguarda a los seres humanos si seguimos contribuyendo, con nuestra dejadez y nuestro desmedido afán de explotación, a destrozar el planeta en el que habitamos.

Pero la obra no es sólo una novela de denuncia. La noche del Tamarindo es también una novela de intriga, es un canto al amor y a las relaciones personales y es, por supuesto, un libro de evasión pues, a la par de entretiene (objetivo que la cultura nunca ha de desdeñar), le hace disfrutar al lector con su lenguaje impecable, con su léxico generoso, con sus efectos líricos, con sus descripciones ambientales.
"En los tres años que he tardado en escribir la novela, un año y medio lo dediqué a hacer una investigación previa. Para ello, conté con la ayuda de investigadores del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas, de la Comisión Nacional de Trasplantes, y de médicos especialistas en enfermedades curiosas. La investigación se completó con la localización de exteriores, como si fuera una película, en más de 20 ciudades que aparecen en la trama de la novela. Lugares que conocía personalmente u otras que hoy día, se conocen a través de Internet", dice el autor, en cuya página personal se pueden hallar más datos sobre su obra.

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Enhorabuena unanime

El Chat sobre "La noche del tamarindo" en El Pas ha estado muy bien! Como ya hice con el de El Mundo, os transcribo aqui la charla de Rufo con sus lectores. Aprovecho tambien para volver a poner el video de la novela...


¿Qué cuestiones plantea en "La noche del Tamarindo"?

Buenos días, Nuria. La Noche del Tamarindo es una novela del siglo XXI y por tanto tiene que reflejar el mundo que vivimos y lo que se avecina en un inmediato porvenir. Pero por mucho que cambien las cosas, los temas eternos (como el amor, el miedo y la vanidad) siguen presentes. De todo ello se trata en la novela.

Alcides
2. 18/03/2008 - 11:39h.

Antonio, ¿tu crees que el deseo de prolongrar la vida es una forma de masoquismo?

A saber... Parece un deseo humano universal, pero como nadie lo ha conseguido, no sabemos el precio. Supongo que debe de ser muy alto.

Ana
3. 18/03/2008 - 11:40h.

En la primera página de tu novela aparece E.B. ¿Puedes decirnos quién es? Enhorabuena por tu novela, me ha encantado.

Es un código; un secreto. También un homenaje. Algún día lo diré, pero todavía es prematuro. Me gusta esconder aspectos de mi intimidad.

Nacho
4. 18/03/2008 - 11:44h.

Estimado Antonio. ¿Cree que Internet y las nuevas tecnologías favorecen la lectura? ¿Qué opina de la Red en ese sentido? Un saludo.

Internet es la neohistoria, el big ben de lo venidero. Y es un mecanismo tan rápido que da vértigo. Recuerdo que cuando Rajoy dijo lo de la NIÑA, a las pocas horas ya había un blog titulado "La niña de Rajoy". Además creo que es inevitable que el libro (en el formato que hoy conocemos) desaparezca: sí, creo que va a desaparecer. Por tanto Internet es el futuro para el libro y la lectura. Creo que si ahora no ayuda mucho, en el futuro será imprescindible.

A.P.
5. 18/03/2008 - 12:06h.

¿Qué siente un escritor cuando habla con alguien que admira su obra? ¿Te gusta conocer a tus lectores o prefieres imaginarlos? Gracias por la novela y por acordarte de una poesía muy sencilla, pero exquisita de Jacques Prévert.

Charlar con los lectores es siempre positivo. Tienen a veces una opinión sobre la obra que al autor no se le había ocurrido. Cada novela es del lector que la lee. Yo aprendo mucho con ellos. Y me gusta ver su cara, su mirada. Por eso me gustan las Ferias del Libro.

Fer
6. 18/03/2008 - 12:09h.

Buenos días Antonio. He leído 'La noche del tamarindo' y he de confesar mi admiración absoluta por su valentía al plantear tan inquietantes cuestiones. De hecho, lo que me extraña es que no esté todo el país hablando de este libro. ¿Cuánto de realidad y cuánto de ficción hay en su novela? Muchas gracias y enhorabuena.

Buenos días. Gracias por su opinión. La verdad es que creo que, siendo una novela, tiene bastante de realidad. Por eso me he documentado tanto con especialistas médicos, científicos y organizaciones médicas. Creo que la Ciencia está avanzando a gran velocidad y pronto nos dará grandes sorpresas positivas. Si pagaran un poco mejor a los científicos en España y les dieran más medios, estaríamos a la cabeza en investigación. Tenemos unos científicos brillantes.

tamarindista
7. 18/03/2008 - 12:12h.

Antonio, eres uno de mis escritores favoritos. Admiro mucho tu conciencia social y que no dudes a la hora de adherirte a causas que consideras justas y solidarias. En los últimos meses he descubierto una serie de jóvenes narradores que entiendo pueden aportar aire fresco al panorama. Te hablo, por ejemplo, de José María Pérez Álvarez, Gutiérrez Solís o Carlos Peramo. ¿Qué opinión tienes de ellos? Un saludo, corro a comprar tu nuevo libro.

Necesito estar en todo lo que afecta al ser humano. Por eso soy miembro de la Alianza Mundial contra la Pobreza y os invito a todos a participar en Pobreza Cero. Es muy fácil: www.pobrezacero.org A ver si logramos entre todos alcanzar en el 2015 los Objetivos del Milenio: acabar con la pobreza extrema en el mundo.

E.B.
8. 18/03/2008 - 12:15h.

El doctor Blixen es danés. ¿Has querido recordar a Isak Dinesen? Enhorabuena por tu novela.

No se trataba de eso. Te confesaré un secreto: buscaba un nombre danés para el personaje y lo encontré en las alineaciones de la selección danesa de fútbol. De hecho, a veces, busco entre los futbolistas nombres exóticos para mis personajes. Es un truco que me funciona muy bien.

Josefina
9. 18/03/2008 - 12:19h.

Antonio, ¿por qué basarse en un millonario para la novela? ¿Le da más dramatismo?

Porque necesitaba alguien que, teniéndolo todo, comprendiera que lo verdaderamente importante no está en lo material. Por tener más cosas no somos más felices. El amor, la amistad, la salud y el tiempo no se pueden comprar. Eso es algo que el personaje, el millonario, descubre tarde. En este modelo social tendemos a confundir lo cuantitativo con lo cualitativo, por eso estamos creando una sociedad que no nos gusta y con la que no terminamos de identificarnos.

Dani_
10. 18/03/2008 - 12:22h.

Buenos días Antonio, un placer charlar contigo. ¿Te supuso algún problema de tipo ético o moral escribir La noche del Tamarindo?

Ninguno. Porque, para empezar, la moral me parece coyuntural: depende de cada momento histórico y de cada ideología. Lo que era inmoral hace 25 años hoy no lo es, y puede que vuelva a serlo dentro de otros 25. No hay que detenerse ante cuestiones morales. En cambio, los principios éticos son inmutables. En eso sí creo. Pero "La noche del tamarindo" no conculca principios éticos, sólo se pregunta sobre ellos para que cada lector dé su respuesta.

Jonás y la Ballena
11. 18/03/2008 - 12:25h.

Hola Sr. Antonio: ¿ha recibido críticas de los sectores más conservadores del estado (la Iglesia, por ejemplo), por los temas que trata en su novela? Gracias, le admiro mucho.

Sólo de un catedrático de la Universidad de Navarra que se mostró indignado porque en la novela se hace referencia a un concejal que es del Opus Dei. Ese profesor me escribió en plena crisis de rabia. ¡Qué miedo! Si eso lo hace un profesor, me explico muchas cosas de nuestro país, incluido lo que debió ser la Inquisición...

Jose
12. 18/03/2008 - 12:29h.

Hola. ¿Dónde crees que se escribe mejor, en España o en Latinoamérica?

La mejor ficción se está escribiendo en los portales web para ligar. ¡Hay que ver cómo se adornan las biografías que se usan para seducir! Y también hay una enorme creatividad literaria en los anuncios de contactos de los periódicos. Recuerdo uno que decía algo así: "Lola. 120. Cuerpazo lexatín. Ven a verme. Entrarás como un mihura y saldrás como Bambi". La verdad es que hay una nueva literatura en los SMS y en internet. Y por lo que respecta a la imaginación, puede que en Latinoamérica haya más, pero es que allí se vive en una especie de magia cotidiana.

Rumble Fish
13. 18/03/2008 - 12:31h.

¿Cómo es publicar con Planeta? ¿Qué hay que hacer para llegar hasta allí?

Como en cualquier otra editorial. La ventaja es su magnífica distribución: encuentras la novela en cualquier rincón de España. Y para publicar en Planeta sólo es necesario enviar elmanuscrito y que les parezca oportuno publicarlo. Como en cualquier otra editorial, insisto.

barros
14. 18/03/2008 - 12:36h.

En mi opinión, vinicio Salazar quiere atesorar tiempo como atesora dinero, únicamente por avaricia sin tener realmente claro para qué utilizarlo... ¿Cree usted que tiempo y dinero se aprovechan mejor por aquellos que lo sienten como bienes escasos?

Siempre queremos más de lo que tenemos. Es la insatisfacción constante del ser humano. Pero Vinicio Salazar representa algo más que la avaricia: es la ansiedad del ser humano por tenerlo todo, la falta de capacidad para disfrutar lo que tiene, persiguiendo lo que cree que le va a hacer feliz. La gente juega a la lotería en busca de soluciones mágicas para su vida cuando, si mirara a su alrededor, las encontraría en lo que ya tiene. Pero nos han dicho que hay que ser ambiciosos, aspirar a más, no conformarnos, competir. Y de esa ansiedad, los ganadores son los mismos que en un casino: la banca (llámese Banco, capital, poder, o como se quiera).

Asier
15. 18/03/2008 - 12:39h.

¿Cómo se encuentra actualmente el panorama literario para un escritor novel? ¿Cuál es la forma más factible de acceder a él: concursos literarios, conocer a alguien, o ponerse en contacto directamente con alguna editorial?

En estos momentos todo es dificilísimo. Desde encontrar un curro en que no exploten a los jóvenes hasta tener una vivienda para independizarse. La industria editorial no es una excepción a la dificultad del mundo de hoy. A mis alumnos del taller les recomiendo los concursos literarios: suelen ser caminos directos. Pero tampoco hay que escribir con ansiedad por publicar. Leer la "Carta a un joven poeta", de Rilke, es un consejo bueno para todo escritor novel.

Silvia G.
16. 18/03/2008 - 12:43h.

Hola Antoni. ¿Qué te dicen los lectores sobre 'La noche del tamarindo'? Gracias.

La verdad es que es la novela de la que más halagos he recibido. Me siento muy satisfecho, aunque con la prudencia precisa porque a un creador que se le sube algo a la cabeza se convierte en un mutilado intelectual. Y una cosa que me ha resultado muy halagadora ha sido la llamada del Presidente: no sólo me agradeció ser uno de los primeros firmantes de la Plataforma de Apoyo a Zapatero sino que me dijo que se llevaba de vacaciones La noche del tamarindo porque todo el mundo le había dicho que es una novela estupenda. Mis felicitaciones a él por el triunfo electoral y mi agradecimiento por sus palabras.

rggomez
17. 18/03/2008 - 12:48h.

Hola Antonio, en una ocasión le preguntaste a una lectora si no le había parecido la novela una historia de amor. Tras leerla por segunda vez todavía me pregunto si de verdad Salazar llega a amar a alguien; la impresión que me da a mí es que ni siquiera se ama a sí mismo. Al margen de esto, esta es de las mejores novelas y que más he disfrutado en años. Gracias por escribir como lo haces y ser como eres. Rosa.

Gracias por tus palabras. Y por lo que respecta a tu pregunta, la verdad es que yo tampoco sé si el protagonista ama a alguien, pero la verdad es que sufre. Como todo hombre, esconde su sufrimiento: nos han educado para disimular el dolor. Pero yo creo que ama rabiosamente a su hija y que se enamora de María. Creo que ahí no engaña. Porque de lo que estoy seguro es de que es una novela de amor, y, como dicen tantos lectores en sus correos electrónicos, les engancha la historia. Creo que es el secreto de una novela para ser buena: que cuente una buena historia y que la cuente bien.

Mar
18. 18/03/2008 - 12:52h.

En los primeros capítulos de la novela, ¿haces una crítica a las novelas tipo "Código da Vinci"?

La trama de la novela sigue la evolución de un ser humano, desde el nacimiento a la muerte. Por eso el primer capítulo es de intriga (nunca se sabe qué va a ser de un niño que nace) y luego hay capítulos de aventuras, amor, viajes, soledad, dudas, alegrías y decepciones. Todas las vidas siguen trayectos así y en La noche del tamarindo la acción se cuenta así, para conocer las peripecias de un personaje que nos gusta y odiamos, ante el que setimos emociones contradictorias. No critico otros libros: todos tienen mucho mérito, nos gusten o no. Escribir es muy difícil, como componer música o pintar un cuadro. A veces no valoramos el esfuerzo creador. Y un país que no adora su cultura está condenado a la ignorancia.

Pablo
19. 18/03/2008 - 12:53h.

¿Te cae bien Vinicio Salazar?

A veces sí y a veces no. Como cualquiera.

Pepa
20. 18/03/2008 - 12:54h.

Hola Antonio. ¿Quiénes son tus autores favoritos?

García Márquez por su pulritud en el lenguaje y su imaginación y Dostoievski por el tratamiento sicológico de los personajes. Bueno, y Cervantes, que escribiendo tampoco era manco.

Sara
21. 18/03/2008 - 12:57h.

¿Tienes página web o hay algún foro donde se hable de 'La noche del tamarindo?Enhorabuena porque casi todo lo que que se lee por Internet son críticas buenas.

Sí, claro. En google está todo. La verdad es que hoy casi todo está en Internet. Si Jesucristo viviera hoy, tendría un blog en el Vaticano News. Parece como si, desde que Nietszte declarara la muerte de Dios, el único dios que ha aparecido es internet. Y tal vez Sarkozy, si atendemos a lo que dice.

Eternity
22. 18/03/2008 - 13:02h.

Hola Antonio, ¿por qué crees que alguien se puede torturar tanto pensando en la eternidad si realmente no desea alcanzarla como es el caso del protagonista?

La novela trata este aspecto de la vida porque casi todo el mundo está obsesionado con el paso del tiempo. Cremas para rejuvenecer, operaciones de cirugía estética... En el primer mundo hay una verdadera obsesión por aparentar juventud (sinónimo de éxito, al parecer). La noche del tamarindo es una novela sobre lo que pasa a nuestro alrededor, y quizá a nosotros mismos. Si nos conformáramos más, la psiquiatría no sería una profesión en auge. Esa es una lección que yo aprendí escribiendo esta novela. Ojalá le sirva a alguien más.


Mensaje de despedida
Muchas gracias a todos. Me hubiera gustado tener más tiempo para contestaros a todos pero es imposible. Si tenéis alguna duda, podéis comunicaros conmigo a través de mi web www.gomezrufo.net. Será un placer conversar con todos como lo ha sido hoy. Gracias y un abrazo.

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Chat en El País


Para los que se perdieron el Chat de Gómez Rufo en El Mundo, hay una nueva oportunidad de charlar un ratito con el culpable de la fiebre Tamarindo!!
Acabo de descubrir que tiene un chat previsto el próximo martes en El País.
Se pueden enviar preguntas desde ya además de, por supuesto, poder hablar en vivo y en directo con él este próximo martes 18 de marzo, de 12h a 13h.
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Esto es lo que publica hoy el diario....


Antonio Gómez Rufo
Escritor - "La noche del Tamarindo"
Martes, 18 de Marzo de 2008 de 12:00 a 13:00

Calificado por EL PAÍS como "un clásico de la novela", el escritor madrileño charlará con los lectores sobre su último libro, "La noche del Tamarindo" (Planeta), que cuenta la historia de un millonario que fingió su propia muerte, empleando toda su fortuna y poder en la búsqueda de la prolongación de la vida más allá de lo concebible por cualquier ser humano. La novela aborda temas tan actuales como las investigaciones sobre experimentación genética, los límites legales de la ciencia, el deseo de prolongación biológica mediante la medicina de vanguardia o la destrucción de los recursos naturales. Gómez Rufo fue director del Centro Cultural de la Villa y del Aula de Cultura del Ayuntamiento de Madrid. Cuenta con una dilatada trayectoria literaria, con una treintena de publicaciones, entre las que destaca "El secreto del rey cautivo" (Premio Fernando Lara 2005).

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